Los callejeros

Hay un personaje distintivo y recurrente en la obra de José Saramago que siempre me ha llamado la atención: el perro callejero. Ese al que también le cantara magistralmente Alberto Cortez y al que inmortalizaron Guillermo Arriaga y Alejandro González Iñárritu en su película Amores Perros. Estas tres referencias provienen de distintos rincones de una realidad latinoamericana, que incluye desde luego a Portugal, España, Italia y muchos otros países alrededor del mundo en los que el perro callejero sigue siendo "como del paisaje"*, negándose a desaparecer incluso en estos días en los que impera la sana costumbre de la higiene y la salud pública.

En el mismo universo habitado por los perros callejeros, coexisten también especies tan arraigadas al golpeado espíritu latinoamericano como la plaza de mercado, las panaderías y las tiendas de barrio, desconocidas en latitudes dominadas por Walmarts y Carrefours y que libran su batalla diaria y silenciosa por no desaparecer de nuestros presupuestos, abonados también por una irresistible fuerza natural por lo extranjero. Dios les depare pues, una larga vida.

*De la letra de Callejero de Alberto Cortez